Recogiendo pedazos
- Begoña Torres
- 5 jun 2017
- 1 Min. de lectura

Uno, dos tres, cuatro. Uno a uno voy recogiendo los pedazos. Miro al suelo, parecen infinitos, ¡tantos pedazos!, puede que no termine de recogerlos en meses o quizás en años que es el tiempo en el que se han ido rompiendo. A veces los trozos son pequeños, casi microscópicos, otras veces son grandes, muy grandes.
No me di cuenta de cómo se rompían hasta que no quedó nada. Todo estaba roto. ¿Cómo iba a recomponerlo? No me veía capaz. ¡Tantos pedazos! Uno a uno voy pegándolos. Uno, dos, tres, cuatro. Tardo mucho tiempo, los pedazos son como un rompecabezas infinito, cuando parece que no quedan más aparece un nuevo pedazo.
Por fin lo termino, el cuadro está completo, los pedazos pegados y todo en su sitio. Me sorprendo. La imagen que veo es distinta a la que se rompió. Los pedazos han decidido y en ese momento se que es el principio de una nueva vida.
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